Un informe de la Asociación de Acreedores de Alpine (AKV) esbozaba medidas de reducción de costes, incluida la posible salida de MotoGP, Moto2 y Moto3 para 2026. Este informe iba acompañado de un análisis interno del Boston Consulting Group, encargado por KTM, que revelaba una sombría trayectoria financiera. A pesar de estas presiones, KTM reafirmó su compromiso a corto plazo: "Seguiremos compitiendo en MotoGP hasta 2025," declaró la empresa. Sin embargo, los planes más allá de eso siguen sin estar claros.

En el centro de la crisis están los empleados y proveedores de KTM. Cientos de trabajadores se enfrentan a salarios impagados y pérdidas de empleo, mientras que los proveedores esperan pagos atrasados. El CEO Stefan Pierer es considerado responsable del precario exceso de stock de motocicletas de KTM, un factor clave en los problemas financieros. Los expertos recuerdan que Pierer ya advirtió en 2020 del descenso de las ventas, pero la producción continuó sin control, dejando unas 250.000 motocicletas sin vender y una deuda de 3.000 millones de euros.

En las últimas semanas, Pierer se ha apartado de la toma de decisiones en la división deportiva, delegando el control en Heinz Kinigadner, un aliado y socio de confianza. Mientras tanto, las acciones de Pierer Mobility cayeron hasta los €8 a finales de noviembre, para recuperarse ligeramente tras el inicio del procedimiento de insolvencia, atrayendo a inversores oportunistas.

Entre los posibles salvadores de la división de competición de KTM se encuentran nombres conocidos: Bajaj, que ya posee el 40% de las acciones de KTM; CF Moto, un socio chino; y Mercedes, donde Pierer tiene un puesto en el consejo. También se especuló con Lewis Hamilton, pero las fuentes confirmaron que su interés estaba condicionado al rescate de la empresa en general, no sólo del equipo de MotoGP.

La meteórica carrera de Pedro Acosta le ha convertido en un activo valioso, y la incertidumbre que rodea el futuro de KTM ha despertado el interés de fabricantes rivales. Albert Valera, mánager de Acosta, reconoce la creciente tensión: "Todas las fábricas se han puesto en contacto conmigo para ver cómo está Pedro y esperan que esta situación no le afecte. Es un diamante de 20 años y a cualquier marca le encantaría tenerlo.

Aunque los dirigentes de KTM siguen siendo optimistas sobre la posibilidad de salvar sus operaciones de competición, Valera está preparado para actuar con rapidez si la crisis se agrava. No puedo dejar que el valor de mercado de Pedro baje, dijo Valera. Si esto pone en peligro su carrera, le encontraré un proyecto ganador en otro lugar. Necesita las herramientas para competir por el título de MotoGP"

Para KTM, las apuestas van más allá de las finanzas—son existenciales. La competición está integrada en el ADN de la marca, como refleja su eslogan, Ready to Race. Los próximos meses pondrán a prueba si ese espíritu puede sobrevivir a las presiones de la insolvencia. Por ahora, la atención se centra en la supervivencia, con Acosta y la leal plantilla de KTM esperando salir pronto de la crisis.

A medida que el polvo se asienta, una cosa está clara: el mundo de MotoGP está observando de cerca, y el próximo movimiento de Pedro Acosta podría dar forma al futuro del deporte tanto como el de KTM.