La dirección de KTM en MotoGP ha decidido detener el desarrollo de motos en medio de la crisis financiera que atraviesa el fabricante austriaco. Este movimiento forma parte de una estrategia más amplia para salvar las aventuras deportivas de KTM tras la insolvencia de la compañía la semana pasada.

Se ha revelado que KTM, parte del grupo Pierer Mobility, tiene una deuda de unos 3.000 millones de euros. Durante el último fin de semana de carreras de MotoGP en Barcelona, en una reunión en la sede de KTM se anunció la situación financiera a la plantilla, al tiempo que se les aseguró que el programa de carreras continuaría en el campeonato.

La contención de costes ha sido un objetivo desde hace tiempo, y la pausa en el desarrollo de las motos fue otro de los puntos tratados en la reunión. Esta pausa afectará a las motos que utilizarán la próxima temporada Pedro Acosta y Brad Binder en el equipo oficial, así como Maverick Viñales y Enea Bastianini en la escuadra Tech3. Los esfuerzos de desarrollo se mantendrán en suspenso durante el invierno, reanudándose únicamente durante los test de pretemporada.

En el reciente test de post-temporada en Barcelona, las actualizaciones de la moto RC16 fueron mínimas, limitándose a un nuevo carenado y algunas pantallas actualizadas. Ni el piloto probador Dani Pedrosa ni Pol Espargaró participaron en la sesión.

Aunque KTM ha asegurado en privado a sus equipos su compromiso con la temporada 2025 de MotoGP con las cuatro motos, hay rumores de preocupación por parte del promotor Dorna sobre la futura estabilidad del fabricante.

En los últimos meses, KTM ha sufrido una importante reestructuración. Varias ramas, incluyendo KTM AG, KTM Components GmbH, y KTM F&E, se han separado, con la división de carreras colocado bajo KTM Racing GmbH. Aunque en un principio se vio como una salvaguarda para la rama de carreras, los problemas financieros de KTM han demostrado ser mucho mayores de lo esperado.

En vista de ello, se espera que KTM presente un plan estratégico destinado a aislar la división de carreras. A nivel interno, el mantenimiento del programa deportivo se considera crucial, ya que su pérdida podría dañar gravemente la imagen de la marca e impactar negativamente en las ventas.

Crisis creciente

Las primeras señales de los problemas financieros de KTM surgieron a mediados de 2024, con informes de sobreproducción, descenso de ventas y contratiempos en su proyecto de motos eléctricas. A finales del verano, los rumores sobre la inestabilidad de la compañía se extendieron por todo el paddock.

A pesar de las tranquilizadoras declaraciones de Acosta tras el test de Misano en septiembre, la situación empeoró. El punto de inflexión llegó la semana pasada con el anuncio público de insolvencia y la confirmación de la deuda de 3.000 millones de euros.

KTM se enfrenta ahora al reto de equilibrar su recuperación financiera con su compromiso con el MotoGP, mientras la compañía trabaja para navegar en este período crítico.