Maverick Viñales no es ajeno a los altibajos de MotoGP. Conocido en su día como aspirante al título cuando se unió a Yamaha en 2017, la carrera de Viñales ha sido una montaña rusa de victorias, reveses y cambios de equipo. Recientemente, Viñales reflexionó sobre su trayectoria, ya que cree que podría haberse convertido en campeón del mundo si Yamaha hubiera confiado en sus instintos.

Un comienzo fuerte

En 2017, Viñales entró en Yamaha sustituyendo al tricampeón Jorge Lorenzo. Recién llegado de un fuerte debut con Suzuki, se hizo notar de inmediato. Viñales se aseguró victorias en las carreras inaugurales de Catar y Argentina, y sumó otra en Le Mans tras una emocionante batalla con su compañero de equipo, Valentino Rossi.

“Entré en Yamaha como un cohete,” recordaba Viñales en el documental Maverick: Two Lives, producido por DAZN. “Desde el primer test en Valencia, supe que tenía la moto perfecta para perseguir mi sueño. Les rogué, ‘No cambien nada. Sólo denme esta moto, y ganaré el campeonato.’”

Sin embargo, el cuento de hadas no duró mucho. A mitad de temporada, la Yamaha M1 sufrió cambios que Viñales no pidió y, lo que es más importante, no entendió. Aunque su éxito inicial sugería una fuerte campaña por el título, su ímpetu decayó. Al final del año, Viñales terminó tercero en la clasificación, por detrás de Marc Márquez y Andrea Dovizioso.

Oportunidades perdidas

Viñales sigue frustrado por la decisión de Yamaha de modificar la moto a pesar de sus protestas. “En Barcelona, todo empezó a cambiar. No lo entendí en absoluto, ”dijo. “Les dije una y otra vez, ‘No toquéis la moto.’ Pero fueron en una dirección completamente diferente.

Aunque no afirmó públicamente que Yamaha favoreciera las preferencias de desarrollo de Rossi, sus enfoques opuestos añadieron tensión. Viñales sintió que sus posibilidades de ganar un título se escapaban justo cuando creía que estaba a punto de lograr su sueño.

Un nuevo comienzo

La asociación con Yamaha se deshizo en 2021, con Viñales separándose en una muy publicitada ruptura. En busca de un nuevo comienzo, se unió a Aprilia, un fabricante en alza. Allí redescubrió su pasión por las carreras e incluso regresó al podio en 2023.

Pero Viñales está lejos de estar satisfecho. Su hambre de campeonato del mundo persiste. En 2025, correrá para Tech3 KTM con apoyo de fábrica, un movimiento que ve como su mejor oportunidad para desafiar a Ducati.

“Sólo hay dos caminos en MotoGP,” explicó Viñales. “O te conviertes en el retador, o te unes al lado oscuro. Ducati es el lado oscuro—es casi imposible batir a su equipo de fábrica, incluso con la misma moto. Por eso elegí KTM. Quiero ser el retador.

Mirando atrás

“Suzuki era pura pasión. Yamaha parecía un negocio—todo estaba calculado. Con Aprilia, es una mezcla de ambas. Me han devuelto el amor por las carreras que creía haber perdido.

Mientras Viñales se prepara para el siguiente capítulo de su carrera, sus miras están firmemente puestas en el campeonato del mundo. Sin embargo, su viaje dista mucho de haber terminado.

Las historias más cautivadoras de MotoGP suelen venir de aquellos que se niegan a rendirse, y Viñales parece decidido a añadir su nombre a los libros de historia.