El Gran Premio de Australia en el circuito Albert Park de Melbourne siempre ha sido complicado. No por su trazado, sino porque adelantar aquí es notoriamente difícil.

Es una pista que no siempre ofrece batallas rueda a rueda, pero en el pasado, se lo perdonábamos. Después de todo, durante años, fue el inicio de la temporada, la primera vez que veíamos los nuevos coches en acción, la primera vez que se revelaba el orden jerárquico y la primera dosis de Fórmula 1 tras meses de espera. Y en 2025, vuelve a ser la primera carrera de la temporada.

Pero aunque Albert Park en sí no es famoso por el caos, la Fórmula 1 siempre encuentra una manera de sorprender. Un fallo técnico, un accidente, un coche de seguridad mal programado—cualquier cosa puede convertir de repente una carrera aburrida en un clásico. Y esta vez, el mayor comodín podría ser el tiempo.

Cuando aún faltan unos días para que se apague el semáforo, el pronóstico no es inamovible, pero empieza a parecer que la carrera del domingo podría verse muy afectada por la lluvia. El Bureau of Meteorology, el servicio meteorológico oficial de Australia, predice que los chubascos son muy probables el día de la carrera, con un 95% de probabilidades de lluvia e incluso la posibilidad de tormentas eléctricas.

En cambio, viernes y sábado deberían ser relativamente tranquilos. Se espera que las sesiones de entrenamientos del viernes sean en seco, con sólo un 5% de probabilidad de lluvia. La sesión de clasificación del sábado será un reto por una razón diferente: hará 36 grados centígrados, por lo que la gestión de los neumáticos será crucial.

Si el pronóstico se mantiene, el domingo podría ser una historia completamente diferente. La lluvia siempre cambia las cosas en la Fórmula 1, haciendo la carrera más impredecible y dando a todos una oportunidad. Una pista mojada significa más errores de los pilotos, decisiones estratégicas arriesgadas y, posiblemente, un ganador sorpresa. A algunos pilotos se les da bien la lluvia, mientras que a otros les resulta mucho más difícil. Elegir los neumáticos adecuados en el momento perfecto puede decidirlo todo.