Durante el Gran Premio de México, Liam Lawson y el héroe local Sergio Pérez chocaron en la vuelta 18 mientras luchaban por la última posición de los puntos. 

Lawson, que ocupaba la 10ª posición, reconoció que Pérez estaba listo para hacer un movimiento audaz en la curva 4. Mientras corrían codo con codo en las curvas 4 y 5, se produjo un fuerte contacto que provocó importantes daños en el coche de Pérez, sobre todo en el suelo y en el sidepod.

A pesar de los daños, Pérez se las arregló para mantenerse por delante durante el resto de la vuelta, pero finalmente perdió la posición con Lawson en la recta principal.

Aunque ninguno de los dos se retiró de la carrera debido a la colisión, básicamente arruinó la carrera de ambos. Lawson cruzó la línea de meta en decimosexta posición, mientras que Pérez terminó en decimoséptima y prácticamente último, ya que tres pilotos no lograron completar la carrera.

Poco después del choque, el mexicano se refirió a Lawson como un ‘idiota’ por radio y afirmó que no tiene la actitud adecuada para la F1 tras la carrera. El neozelandés, en el calor del momento, le mostró el dedo corazón a Pérez cuando le adelantaba, un gesto que fue captado por televisión.

Reflexionando sobre el incidente, Lawson criticó a Pérez por no dejarle suficiente espacio, pero más tarde reconoció su reacción inapropiada y pidió disculpas por su comportamiento.

“Obviamente, es una de esas cosas del momento,” explicó Lawson.

“Se pasó media vuelta bloqueándome, tratando de arruinar mi carrera, así que estaba molesto.

“Pero no es una excusa. No debería haberlo hecho, y me disculpo por ello.” 

La conducción agresiva de Lawson hacia Pérez y su gesto posterior no le valieron ningún elogio por parte de Helmut Marko, asesor de Red Bull en materia de deportes de motor.

“[Fue] una colisión innecesaria, en la que veo a Lawson como más culpable,” dijo a ORF.

“Si hubiera sido otra persona, sí. Pero no el equipo hermano."